LA SERPIENTE DE LOS DÍAS

Desde los comienzos de su carrera artística a mitades de la década de los noventa, la máscara ha sido uno de los temas principales en la obra del artista Carlos Amorales.
Para La serpiente de los días, obra comisionada para el patio del Museo Kaluz, Amorales produjo una nueva instalación construida a partir de replicar cientos de veces la forma de una máscara neutral en aluminio y en cerámica. Con las de aluminio formó una especie de serpiente mitológica (que funciona como un gran instrumento de percusión, un metalófono) que flota sobre un mar hecho de máscaras de cerámica distribuidas en el piso. Esta instalación de dimensiones legendarias se inspira en la experiencia colectiva de la pandemia de Coronavirus, que atravesamos como sociedad, asumiéndola como un largo momento de incertidumbre que nos ha afectado emocionalmente, de maneras que aún no logramos de dimensionar. La serpiente de los días busca expresar el horror que hemos estado viviendo como sociedad, como un monumento dedicado al espanto.
Como un complemento a la instalación desplegada en el patio del museo, también se presenta el video La retórica de la máscara en el auditorio del museo; una nueva producción hecha durante el año 2020, a partir de la plataforma de comunicación ZOOM, que se volvió popular en la pandemia del Covid19. Para crearlo, el artista utilizó esta plataforma como un espejo en el cual reflejarse y grabarse a sí mismo, produciendo una serie de eventos performáticos en los que utilizó una serie de máscaras de colores, que le permitieron jugar con las distintas capas visuales que la plataforma ofrece como fondos virtuales para ocultar el espacio privado del usuario, enmascarándolo. En La retórica de la máscara el artista reflexiona sobre la manera como en las últimas tres décadas, se ha ocupado el espacio personal de los ciudadanos mediante el uso de algoritmos, como una nueva forma de colonialismo, producto de la dominación tecnológica. El video se estrena como una de las partes que componen la instalación.